Protestas en toda Europa contra recortes anunciados por General Motors
19 de octubre de 2004
Cerca de 50.000 trabajadores de diversas subsidiarias europeas de General Motors participaron hoy en una jornada de protesta contra los masivos recortes de personal anunciados por la central.
En la central de Opel en Rüsselsheim unas 20.000 personas, entre empleados y familiares, asistieron a una “jornada informativa” convocada por el consejo de delegados de la empresa. También en Bochum se manifestaron más de 20.000 personas, mientras que en las fábricas de Opel en esta ciudad continúa por sexta jornada consecutiva la "huelga espontánea" que ha paralizado por completo la producción y ha empezado a afectar el trabajo en otras sedes europeas.
El miércoles se decidirá si se reinician las actividades en la planta de Opel en Bochum.
No sólo en Alemania se registraron protestas. En otros diez países europeos, entre ellos en fábricas de Opel en España, Portugal, Polonia y Bélgica, así como de las automotoras Saab en Suecia y Vauxhall en Gran Bretaña los trabajadores salieron a las calles.
Sindicatos y patronal discuten el futuro de Opel
Mientras tanto continúan las negociaciones entre la gerencia de Opel y los representantes de las plantillas sobre el futuro de las filiales alemanas. El 14 de octubre pasado, General Motors de Europa anunció planes para eliminar 12.000 de los 63.000 puestos de trabajo en sus fábricas de las marcas Opel, Saab y Vauxhall alegando la necesidad de afrontar un exceso de capacidad productiva y recortar altos costos de producción. GM se propone ahorrar 500 millones de euros anuales en los próximos dos años.
Las medidas afectan en primer lugar a la marca alemana Opel, donde serán recortados 10.000 de los 32.000 puestos de trabajo. Las factorías de Bochum y Rüsselsheim deberán reducir sus plantillas en 4.000 puestos cada una.
La huelga es ilegal y pone en peligro el futuro
La dirección ejecutiva de Opel informó este lunes mediante un comunicado de prensa que se esfuerza por preservar las plantas de Bochum y Rüsselsheim más allá del 2010, para lo cual deben crearse las condiciones necesarias de competitividad. Advirtió sin embargo que la huelga en Bochum hace peligrar los objetivos de las negociaciones y el futuro mismo de esta planta de producción.
La huelga espontánea de Bochum, que comenzó el jueves pasado, viola la legislación laboral alemana que prohíbe medidas de fuerza durante negociaciones.
La paralización de la planta de Bochum está empezando a afectar a otras factorías de la marca, entre ellas la de Amberes, cuyas cintas de montaje del modelo Astra Caravan dejaron de funcionar por falta de componentes. El mismo efecto se generó en Rüsselsheim, donde la falta de autopartes hizo que se paralizara el ensamblado del modelo Vectra.
El gobierno alemán se mantiene al margen, pero ha criticado la huelga en Bochum. Más allá ha expresado su confianza en que ambas partes lleguen a un acuerdo por la vía de negociación, según expresó el ministro de Economía, el socialdemócrata Wolfgang Clement.