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¿Qué podemos esperar de Durban?

28 de noviembre de 2011

Sudáfrica acoge una cumbre sobre el clima en la que se persigue definir un acuerdo que sustituya o prolongue el Protocolo de Kioto, que expirará en 2012.

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La sudafricana Nkoana Mashabane, durante su intervención en la cumbre de Durban
La sudafricana Nkoana Mashabane, durante su intervención en la cumbre de DurbanImagen: dapd

Se trata del anhelo de muchos ante el cambio climático, puesto que el plazo se acaba y las perspectivas de los científicos ante el problema no son halagüeñas. Pero el objetivo no es nuevo. Desde la fracasada cumbre de Copenague en 2009 se persigue dar forma a una nueva vía de actuación para paliar los efectos de la acción de hombre sobre el clima . Tampoco el pasado año en Cancún se logró acuerdo alguno al respecto y muchos escépticos dan por hecho que Durban concluirá sin un pacto que marque las pautas de una nueva era frente al cambio climático. Resulta difícil hallar soluciones que satisfagan a todos para combatir “la mayor amenaza para el planeta”, como suelen calificar el problema los representantes de numerosos países en sus discursos.

No hay motivos para el optimismo

Una semana antes del encuentro en Durban, el informe anual de la Agencia de la ONU para el clima hizo público que, durante 2010, la emisión de gases invernadero debidos a la actividad humana batió récords, más de 1,4% respecto a 2009. Se trata del mayor incremento registrado en los últimos siete años.

El presidente de Sud¡africa, Jacob Zuma, durante la ceremonia de inauguración de la cumbre sobre el clima de Durban
El presidente de Sud¡africa, Jacob Zuma, durante la ceremonia de inauguración de la cumbre sobre el clima de DurbanImagen: dapd

Por su parte, los países participantes hicieron explícitas sus intenciones y expectativas antes de la cumbre. Mientras la Unión Europea anunció su compromiso de adoptar nuevas medidas para contener el cambio climático, EE. UU. –que, siendo uno de los países más contaminantes, no ratificó en su día el protocolo de Kioto- es partidario de no frenar el crecimiento económico en tiempos de crisis para atender la problemática medioambiental.

China, otro de los países más contaminantes, está a favor de un nuevo pacto que sustituya a Kioto, siempre y cuando se impulsen ayudas económicas para países en desarrollo. La postura de China es que estos países llevan menos tiempo industrializados y, por lo tanto, no deben asumir la misma responsabilidad sobre el cambio climático. Según el Gobierno chino, las excesivas restricciones frenarían el crecimiento económico de países que justo ahora necesitan salir de la pobreza.

De momento, los objetivos del protocolo de Kioto no son vinculantes para India y China. Ello, sumado a la no ratificación del pacto por parte de EE. UU. , ha provocado el desaliento de países como Canadá, Japón y Rusia, que consideran injusto que no todos apliquen las restricciones por igual.

En Sudáfrica

El país anfitrión se encuentra entre los más contaminantes del mundo, pero es consciente de ser uno de los más expuestos a los efectos del cambio climático. Según estadísticas de la ONU, Sudáfrica ya supera a Francia, Italia y España en cuanto a emisión de gases de efecto invernadero. Su dependencia de compustibles fósiles –obtiene el 95% de su energía del carbón- lo convierte en el país africano que genera energía en forma más contaminante para el medioambiente.

La ministra de Asuntos Exteriores de Sudáfrica, Maite Nkoana-Mashabane, dijo el mes pasado en una reunión preparatoria, que “Cancún evitó el pasado año tratar asuntos espinosos, con el fin de restablecer la confianza perdida en la cumbre de Copenague de 2009, pero es hora de volver a poner los temas más perentorios sobre la mesa. Y ello supone prolongar los acuerdos expuestos en el protocolo de Kioto.”

Sudáfrica fue uno de los primeros países emergentes en aceptar una reducción importante de sus emisiones. Lo hizo en Copenague hace dos años, pero los cambios en políticas económicas y medioambiantales son lentos y a día de hoy se espera que este país alcance su pico de contaminación en la década de 2020. Sin embargo, al ser consciente de su especial vulnerabilidad ante el cambio climático, confía en trasladar a los invitados a la cumbre la necesidad de lograr un acuerdo entre países ricos y en desarrollo para seguir llevando a cabo a largo plazo políticas medioambientales globales.

Autora: María Santacecilia
Editor: Pablo Kummetz

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