Santos óleos para Grundig

Aunque el tono de las declaraciones de los representantes de la Grundig dejan una puerta abierta a la esperanza, ésta no tiene una forma concreta. Hace un mes Sampo, el inversionista que parecía tener en sus manos la salvación de la que fuera una gran empresa alemana, declaró que abandonaba el proyecto, a pesar de ya haber consumido las botellas de champán de la celebración de su adquisición. El siguiente posible salvador, la empresa de televisores turca Beko, tampoco quiso tomarla.

Décadas de vacas flacas

El destino de la Grundig de los últimos años ha estado marcado por los achaques y los abismos inminentes. A una administración deficiente y a la falta de un programa de producción claro se sumó la competencia asiática. En 1984, cuando Grundig contaba con 40.000 empleados, la holandesa Philips compró el 31,6% de la firma y asumió la gerencia. Para cuando perdió la paciencia en 1996 y entregó su parte, Philips había sufrido grandísimas pérdidas y había reducido la nómina a 8.500 empleados. No hubo caso, ni el diseño ni la técnica de Grundig convencían ya.

El glorioso pasado

Pero alguna vez sí que lo hicieron. El empresario Max Grundig se cuenta entre los grandes pioneros de la economía alemana de la postguerra. Su empresa de electrónica está inscrita -en el marco del milagro económico alemán- en la historia de la radio y la televisión en Alemania. Este hijo de una obrera, nació en 1908 en Núremberg y cursó una formación de electrónica. Trabajó para Hilpert, una empresa de instalaciones en Fürth, al sur de Alemania, de la cual llegó a ser gerente de una filial. En su tiempo libre armaba radios y y aparatos de transmisión. De 1930 data la creación de su primera empresa, Grundig & Würzer. Para cuando estalló la guerra, Grundig había alcanzado ventas millonarias.

Después de la guerra, debido a las restricciones de los aliados, la producción de aparatos de radio tenía muchas barreras. Sin embargo, Grundig se dio modos y con la caja "Heinzelmann", se podía comprar una radio para armar. Así, hasta los años 80 se sucedieron adquisición de firmas como Triumph y Adler, sucursales y filiales en toda Europa.

Un negro futuro

Y si bien no es una sorpresa, sí es impactante que el que fuera un gigante de la electrónica se declare insolvente, y que seguro sólo sea , por el momento, que un juzgado en Núremberg –ciudad donde se encuentra la matriz – está encargado del trámite y que los 4500 empleados de Grundig temen por su futuro. El resto es pura especulación: que se puede subdividir la empresa, que se podrá salvar el sistema comercial, que se espera un nuevo inversionista, que Beko reanudará las negociaciones... Nada concreto pudo declarar el encargado de los trámites de insolvencia, Siegfried Beck, sólo "deséenos suerte".