Schröder y Zapatero hombro a hombro
9 de noviembre de 2004
En marzo, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero desbancó en las elecciones al partido de José María Aznar, al que el canciller alemán trataba con indisimulado desafecto. Como deferencia, Zapatero se llevó a Gerhard Schröer ya en la primera reunión oficial a su ciudad, en el noroeste de España.
El presidente del gobierno creció en León, la vieja capital del reino del mismo nombre, una de las últimas paradas de los peregrinos que realizan el Camino de Santiago. Allí estudió e hizo carrera política. Y allí fue donde las tropas de Franco mataron a su abuelo al comienzo de la Guerra Civil, en 1936.
Zapatero y Schröder se tratan ya como viejos conocidos. Entre ambos "hay sintonía", se dijo ya después de que se vieran por primera vez. Los puntos en común son evidentes. Los dos son juristas y a ambos les gusta mostrarlo cuando tienen oportunidad. Han actuado contra los métodos de los paparazzi con la misma energía, Zapatero cuando una revista publicó fotos de sus dos niñas.
La nueva estrella
Schroeder, de 60 años, considera a Zapatero, 14 años más joven que él, como una de las nuevas estrellas en el firmamento de la socialdemocracia europea. Le causó gran impresión que Zapatero, en sólo ocho meses, retirara a las tropas españolas de Irak, hiciera regresar a España al seno de la "antigua" Europa y emprendiera toda una serie de audaces reformas en el país.
Schröder y Chirac, ni tontos ni ciegos, incluyen ahora a Zapatero en casi todas las iniciativas germano-francesas, lo que a éste naturalmente le encanta. Pero también hay indicios de que el idilio político del nuevo equipo de Madrid con el resto de la UE tiene sus límites. En España se multiplican las voces que endilgan a Zapatero una excesiva disposición al compromiso.
El verdadero valor de los nuevos lazos se verá a la hora de repartir los fondos europeos de solidaridad. Por aquello de que poderoso caballero es don dinero: España es el mayor receptor neto y Alemania, el mayor donante.
Sumas y restas
Esa constelación podría dar origen a ciertas disputas dentro de poco. En breve, Bruselas girará bastante menos dinero a España. Se habla de que hasta un 40 por ciento menos. Cuatro regiones y no más ocho, como antes, recibirán en el futuro fondos de la UE: una fuerte sacudida.
También la flexibilización del Pacto de Estabilidad de la UE, que exige Alemania, puede ser motivo de desavenencias con Madrid. En caso de que en un futuro los donantes netos puedan restar sus transferencias del déficit presupuestario -tal y como ha sido propuesto por Schroeder-, España se vería en apuros.
Porque, consecuentemente, Madrid tendría que sumar lo recibido de Bruselas al déficit público y podría ser entonces que superase la frontera de endeudamiento del 3% del PIB, fijada por la Unión Europea.