Buen día para el euro
25 de marzo de 2011Finalizando la Cumbre de primavera del Consejo Europeo, casi todos los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 países europeos parecen satisfechos. Han puesto un punto final a largos meses de trabajo. “Justo hace un año, el 25 de marzo de 2010, nadie lo hubiese creído”, recordaba el presidente permanente del Consejo, Herman van Rompuy.
Han acabado de ponerse de acuerdo en detalles operacionales del Mecanismo Europeo de Estabilidad (ESM) que funcionará a partir del 2013; también, para los países de la eurozona y otros seis voluntarios, el “pacto por el euro” comienza a marchar. Más que un acuerdo, éste último es la promesa de comprometerse a tomar medidas que aseguren la estabilidad y protejan a la zona euro en específico pero también a los socios de la UE de nuevas turbulencias.
La austeridad le costó el cargo
La crisis de la deuda, producto de la crisis financiera, golpeó a Grecia, después a Irlanda –el único que tuvo que acogerse al paquete de salvataje. La inestabilidad tocó luego la puerta de España; y ahora a la de Portugal. Para hacerle frente, el Gobierno del primer ministro, José Sócrates, propuso un cuarto paquete de medidas de austeridad. Éste, al no ser aprobado por el Parlamento, le ha costado el cargo. A mediados de mayo habrá elecciones. No obstante, “gobierne quien gobierne” Portugal, los acuerdos con los socios europeos tendrán que ser cumplidos. Esto último, en diferentes tonos, fue recalcado tanto por la canciller alemana, Angela Merkel, como por el jefe español de Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como por el propio José Sócrates, por el momento el más atribulado.
“Lamento que haya sucedido esto”, repitió el mandatario luso ante la prensa. Que su plan –que había contado primero con el visto bueno de Bruselas- no haya conseguido el apoyo del Congreso, ha tenido, en menos de 24 horas, consecuencias: la capacidad crediticia del país se ha visto golpeada. Sin embargo, “repito, Portugal está en capacidad de cumplir con sus compromisos”, decía al borde del enojo el primer ministro Sócrates abogando por frenar en lo posible la especulación, que es, así Sócrates, la mayor causante del temido efecto dominó.
“Portugal no necesita ayuda, lo que necesita es confianza de los socios europeos y de los mercados”, concluyó un José Sócrates, convencidode que las impopulares medidas de austeridad, cuyo rechazo lo han llevado dimitir, tendrán que ser tomadas, más tarde o más temprano, por quien quiera que asuma el cargo y eche mano o no al fondo de rescate.
¿Uno para todos y todos para uno?
En cuanto a éste último, la Facilidad Financiera Europea (EFSF), en la cumbre de dos días (24 y 25 de marzo) en Bruselas se ha logrado también el acuerdo de su ampliación, como querían algunos socios. Alemania, renuente en un principio, acabó por acceder a cambio de poder hacer su aporte en cuotas. Que entre en vigor tendrá que esperar hasta junio; uno de los motivos, Finlandia, en momento crucial electoral, no quiere por el momento aportar a su ampliación.
“Se trata de poner remedio a la crisis de la deuda en algunos países de la zona euro. Creo que el paquete integral que hemos acabado de atar esta semana va a ser suficiente para convencer a los mercados financieros de que estamos decididos a garantizar la estabilidad en la zona euro”, concluyó satisfecho el primer ministro de Luxemburgo y jefe de la eurozona, Jean Claude Juncker.
Autora: Mirra Banchón
Editor: Enrique López