Tsunami: Fischer asegura ayuda para el desarrollo
11 de enero de 2005Al finalizar su viaje por zonas asiáticas afectadas por la catástrofe del tsunami (Tailandia, Indonesia y Sri Lanka), el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Joschka Fischer, aseguró a Sri Lanka ayuda para la reconstrucción, a largo plazo. Además, Berlín abogaría, así el ministro Fischer, por la concesión de una moratoria de su deuda y el libre acceso a los mercados europeos.
"El turismo pertenece a la reconstrucción", declaró el ministro, añadiendo que Exteriores tendrá mucho cuidado con sus declaraciones, puesto que si los turistas no acuden a las playas de la región, la gente carece de su fuente de ingresos. "No se puede castigar doblemente a la población", acotó Fischer asegurando que el sistema de alarma contra tsunamis, en el que Alemania colaborará con tecnología y personal especializado, tendrá una resonancia positiva en el turismo. Cabe resaltar que la región Asia/Pacífico es una de las preferidas por el turismo alemán, que, según estadísticas recientemente publicadas por Lufthansa, creció en un 26% en el 2004.
¿No más visitas?
Debido a que la visita a Banda Aceh del secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, bloqueara por horas el aeropuerto, el jefe de la Ayuda Humanitaria de Naciones Unidas en Tailandia, Jan Eil Mosand, pidió a los políticos abstenerse de visitar la región. Más allá de que un incidente así no debe repetirse, la visita del ministro Fischer rebasa las fronteras de la, por el momento prioritaria, ayuda humanitaria. Se trata más bien, así las declaraciones de miembros del gobierno alemán, de calibrar y sopesar a fondo la situación para preparar los proyectos de ayuda al desarrollo.
Crisis dentro de otra crisis
No hay que perder de vista, además, que la ayuda humanitaria se cruza con los caminos de la política local. Tanto en Indonesia como en Sri Lanka, la catástrofe afectó zonas que se hallan en guerra civil. El gobierno indonés, por ejemplo, se encuentra en combate con rebeldes en Banda Aceh, lo cual obstruye la ayuda humanitaria. Y la hace imposible, a largo plazo. Analistas recuerdan el caso de Ruanda, en donde hace diez años miembros de organizaciones internacionales tuvieron que asistir como observadores pasivos a la masacre de miles de fugitivos del conflicto entre tutsis y hutus.
Y es que las organizaciones internacionales carecen del mandato político de los ministros de Exteriores. Entonces, a la vez que se hace una idea clara de a dónde exactamente fluirán los fondos alemanes (500 millones de euros), Fischer ha dado un espaldarazo al presidente indonés Susilo Bambang Yudhoyono.
Ayudar es interesante
"La ayuda humanitaria, a pesar de lo difícil de la situación, llegó rápida y efectivamente. Ahora se trata de reabrir la perspectiva de la vida, comenzar con la reconstrucción en toda su magnitud, ésa ha sido la principal tarea de este viaje", declaró Fischer durante la rueda de prensa de clausura.
A la lícita pregunta de si los fondos destinados a paliar la catástrofe asiática se sacarían de aquellos de por sí asignados a ayuda al desarrollo (para el año 2003: 180.000 millones de euros para Africa; 693 millones para Asia y Oceanía; 419 millones para América Latina), la ministra alemana de Cooperación Económica, Heidemarie Wieczorek-Zeul, subrayó que se trata de fondos nuevos. "No se trata de castigar a Africa", recalcó la ministra. Más bien tiene que ver con reconstruir una región, que, de todas maneras, es una de las más interesantes para Alemania en cuanto a crecimiento y perspectivas económicas se refiere.