Túnez y Marruecos: cómo surge el extremismo en el Magreb
25 de agosto de 2017Túnez está en el arduo camino hacia la democracia. Sin embargo, el país exporta una cantidad extraordinaria de extremistas, en relación con su propia población, que se unen a las filas del Estado Islámico (EI) u otros grupos yihadistas. Marruecos es en sí mismo un país pacífico. Incluso no ha experimentado ningún ataque terrorista desde 2011. Pero muchos de los terroristas de EI y los planificadores del ataque en Barcelona tienen raíces marroquíes.
Ridha Raddaoui es abogado. Ha trabajado evaluando los expedientes de cerca de 1.000 sospechosos de terrorismo en Túnez. Y ha llegado a una conclusión: "más de tres cuartas partes tienen menos de 34 años de edad. Esa es una nueva generación que no estuvo fuertemente presionada por la dictadura y que está relativamente bien educada. 40 % de ellos ha asistido a la universidad”.
Alrededor del 70% de los tunecinos sospechosos de terrorismo cuyos expedientes fueron examinados han ido a campos de entrenamiento en el extranjero. Alrededor de la mitad de los acusados entraron en contacto con extremistas a través de escritos religiosos. Otros pasaron directamente de la delincuencia común a la supuesta lucha religiosa. No hay, sin embargo, un perfil uniforme, ni un camino uniforme hacia el extremismo. Hay muchos motivos y causas diferentes.
Asimismo, Raddaoui y sus colegas han constatado que las cárceles del país se han convertido en verdaderos nidos de radicalismo. Raddaoui lamenta que los diversos gobiernos tunecinos todavía no han desarrollado una fórmula contra la radicalización seis años después de la revolución: "Las autoridades necesitan desarrollar una estrategia para la desradicalización, pero nada ha sucedido hasta el día de hoy".
Interpretación del Corán como única realidad
En Marruecos, gente como Abou Hafs podría ayudar. Fue famoso cuando era un joven radical y predicador salafista. Después de pasar nueve años en la cárcel, Abou Hafs retomó su verdadero nombre: Mohamed Rafiqui. Él cuenta cómo se convirtió en un extremista religioso: su padre era religioso, muy conservador, muy dominante, y sus amigos también.
Mohamed Rafiqui hizo parte de su formación profesional en Arabia Saudita. Allí, el Corán se interpreta de acuerdo a la doctrina wahabita, es decir, de forma purista, casi literal. "Siempre me enseñaron una interpretación del islam. Mis profesores nunca me enseñaron que habían más. Eso lo aprendí mucho tiempo después y fue un choque fuerte”.
Hasta ese momento, Rafiqui predicó en Marruecos en contra de los incrédulos y celebró los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2011 como un castigo justo para los impíos.
El wahabismo, una doctrina extremadamente conservadora, sirve hoy día como caldo de cultivo para el llamado Estado Islámico. En los años 70 y 80, llegó a Marruecos. Esta fase de reislamización sucedió bajo el reinado de Hassan II. Él quería contrarrestar a la izquierda, que cuestionaba la monarquía de Marruecos. Ahmed Assid, experto religioso en un instituto real en Rabat, lo describe así: "El wahabismo debía contener la efervescencia porque se basa en la idea de que el gobernante sabe lo que se debe hacer en interés de los musulmanes y que todos tienen que aceptarlo. Oponerse al gobernante es un crimen en el wahabismo ".
La interpretación conservadora del islam se arraigó en Marruecos, en las escuelas y las universidades. Marruecos se volvió religiosamente más conservador y autoritario. Y en parte más radical. Salafistas instigaron a jóvenes marginados a la violencia en nombre del islam. En 2003, 12 atentados mataron a un total de 40 personas en un barrio de Casablanca. Esta fue tremendo llamado de atención para Marruecos. Desde entonces, han estado tratando de contrarrestar la situación: más control sobre los predicadores y los imanes, más inversión en los barrios pobres de las grandes ciudades.
Pero, ¿por qué alguien se vuelve radical? El estudio realizado en Túnez ha demostrado que por razones muy diferentes. Se puede presumir que esto también aplica a Marruecos. El ex predicador salafista Mohamed Rafiqui conoce al menos los patrones de pensamiento de los radicales que buscan nuevos reclutas y los modos de proceder. Rafiqui afirma que quiere alejar a los jóvenes extremistas del salafismo. Lo que está por verse es si recibirá apoyo y cómo.