Un vitral alemán para el aniversario de la catedral de Reims
24 de junio de 2011La historia de la catedral de Reims comienza aproximadamente 700 años antes de que el Arzobispo Aubry de Humbert colocara en 1211 la base de la actual iglesia. Alrededor del año 500, el rey franco Clodoveo fue bautizado por el obispo Remigius en Reims, convirtiéndose así en el primer monarca católico de occidente. Este bautizo es considerado por muchos como el nacimiento de Francia. Casi todos los reyes franceses han sido coronados en Reims, capital de la Champaña; 25 de ellos, en la actual catedral. El último monarca fue ungido allí en 1825. Esta constante presencia de la monarquía es una de las razones por las que el champán fue y sigue siendo la máxima expresión del lujo, a pesar de que muchos otros vinos de otras regiones hayan alcanzado precios mucho más altos.
Una historia sangrienta
En los últimos 150 años, Reims ha sido el objetivo de ataques alemanes en tres ocasiones: en 1870-71, en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. Cuando en Alemania se habla de guerra y de historia, normalmente la conversación versa en torno a los tiempos del nacionalsocialismo, de los crímenes masivos contra los judíos, del horror de la Segunda Guerra Mundial de Hitler. Para la mayoría de los franceses, no obstante, la “grande guerre” sigue hoy siendo la Primera Guerra Mundial, rememorada en forma de numerosos monumentos en todo el país. La razón de esto no es tan clara en ninguna parte como en la Champaña, la zona más dura y largamente disputada. En 1918, al final de la Primera Guerra Mundial, más de la mitad de sus habitantes habían perdido la vida. En el departamento de Aine, murieron incluso dos tercios. 85% de la ciudad de Reims fue destruida.
Donde más duele
La catedral de Reims sufrió grandes daños a causa de ataque alemanes en la Primera Guerra Mundial. “Era claramente vista como un símbolo de la historia nacional”, afirma Patrick Demouy, historiador de la universidad de Reims y nativo de la ciudad. Ya durante la Primera Guerra Mundial se fundó una sociedad para el mantenimiento de la célebre edificación, "La Société des Amis de la Cathédrale". El objetivo de esta “Sociedad de Amigos de la Catedral” era encontrar mecenas que financiaran los gastos de mantenimiento y restauración de la catedral con sus 2.300 esculturas.
Tras su casi completa destrucción, se recibió ayuda del otro lado del océano. La familia estadounidense de los Rockefeller creó una fundación para ayudar económicamente en la construcción de un nuevo techo. Gracias a esta aportación, los trabajos de restauración progresaron con rapidez. “La Fundación Rockefeller es responsable de la salvación de la iglesia”, dice Bernard Poret, presidente de la Sociedad de Amigos de la Catedral.
Reims, el lugar de la reconciliación
Tras la Segunda Guerra Mundial – los alemanes firmaron su capitulación en Reims -, los líderes políticos alemanes y franceses promovieron la reconciliación entre ambos pueblos. El acto simbólico más importante que se dio para ello tuvo lugar el 8 de Julio de 1962: el presidente francés Charles de Gaulle y el canciller federal Konrad Adenauer acuden juntos a una misa en la catedral de Reims, rezan juntos y destacan públicamente su sólido empeño para lograr la reconciliación de ambos estados.
Al mismo tiempo, el interés por la cultura y el arte cobra importancia durante la década de los 60 especialmente en Francia, lo que lleva entre otras cosas a la creación de un Ministerio de Cultura. Se pensó en involucrar a artistas contemporáneos en la reconstrucción de la catedral. De este modo, se le pidió en 1974 al pintor Marc Chagall que diseñara un vitral para la Iglesia.
Para el 800º aniversario de la catedral y el 50º aniversario de la amistad germano-francesa, le ha tocado el turno a un artista alemán. El renombrado y mundialmente conocido artista Gerhard Richter fue el elegido, pero sus diseños provocaron el rechazo de los encargados de Reims. Richter se retiró, y su lugar fue rápidamente ocupado por el pintor Imi Knoebel, discípulo de Beuys, reconocido internacionalmente, aunque no tan famoso como Richter.
Crítica y entusiasmo
También el vitral de Imi Knoebels ha despertado algunas críticas en Reims, por ejemplo la del párroco de la catedral, el abate Jean-Marie Guerlain. Su veredicto es claramente negativo, aún cuando considera que la elección de un alemán es acertada. El vitral de Imi Knoebels consta de un mosaico con variedad de pequeños trozos de cristal en colores puros: rojo, amarillo y azul. Esta pureza de colores es considerada por el abate y muchos otros como demasiado dura, incluso brutal. Además, según Guerlain, carece de sentido espiritual, al contrario que el resto de las ventanas de la Iglesia.
Por el contrario, Anne Faivre, del departamento cultural de la ciudad de Reims, ve este intenso colorido como un excelente complemento a la visión recatada de Chagall. El historiador Patrick Demouy prefiere abstenerse de hacer valoraciones, pero sabe que el arte moderno siempre se encuentra con oposición en sus inicios: “También las ventanas de Chagall provocaron reacciones encontradas, cuando fueron construidas en 1974. Entre tanto, ahora Chagall se ha convertido en un clásico, y sus obras son muy figurativas y están llenas de simbolismo tradicional.”
Conclusión personal
¿Y qué dice el artista mismo sobre su vitral? Por el momento, Imi Knoebel no concede entrevistas, pero ha comunicado por escrito lo que quiere expresar con su obra: “El lenguaje cromático original de la catedral debe resurgir de nuevo, logrando una simbiosis entre lo antiguo y lo nuevo. El color aporta calidad, peso y equilibrio, y no sólo tiene valor cromático, sino también luminancia”.
Autor: Günther Birkenstock / Lydia Aranda Barandiain
Editora: Emilia Rojas Sasse