"Una escenificación lamentable"
9 de diciembre de 2015Deutsche Welle: Luego de dos años y medio, declaró por primera vez Beate Zschäpe la principal acusada en el llamado “Juicio NSU”. Muchos de los querellantes esperaban este momento. ¿Qué opina usted de lo que dijo?
Barbara John: Los querellantes no esperaban que ella admitiera haber estado involucrada ni que pidiera perdón a las familias de las víctimas. Escuchamos lo que era previsible: que intentó deslindarse, presentarse como la undécima víctima de sus cómplices Mundlos y Böhnhardt, quienes la habrían chantajeado, amenazando con suicidarse.
Todo esto es totalmente falto de credibilidad. Si ella sufrió tanto como dice, entonces no hubiera completado la tarea de destruir toda posible evidencia, sino que se hubiera sentido liberada. Se trata de una estrategia conocida para deslindarse: si los asesinos están muertos, a ellos puede echársele la culpa de todo y uno mismo puede aparecer como inocente.
¿Cómo fue recibida la declaración por los familiares de las víctimas?
Naturalmente, no le creen ni una sola palabra. Fue en realidad una escenificación muy lamentable la que ella ofreció.
¿Qué hubieran querido escuchar las familias?
Todos tenían el deseo natural de que se produjera por lo menos alguna declaración en cuanto a cómo fueron planeados los asesinatos, por qué fueron precisamente en esas ciudades, por qué seleccionaron los sitios en los que cometieron los ataques. Por lo menos eso hubiera dado a las familias un sentimiento de esclarecimiento. Pero ella no lo quiso así. Incluso en esta oportunidad, se mostró por completo carente de compasión.
Muchos hablan ya de un show por parte de Zschäpe. En la sala de audiencias, miraba hacia las cámaras y sonreía. ¿Busca la acusada tomar el control del proceso, o cómo lo interpretan los querellantes?
Sí, así podría decirse. Primero proyectó una imagen como de ama de casa, pero ésta se derrumbó con las declaraciones de testigos oculares que tanto en viajes de vacaciones como en Zwickau la percibieron como la persona que organizaba todo, la que preparaba la documentación o el alojamiento. Ella era la gestora tras bambalinas, una persona que siempre decidía.
Esto no concuerda con la imagen que ahora quiere dar de sí misma: la de una mujer pobre y débil que es chantajeada en un entorno machista y neonazi con el cual no tenía nada que ver. Pero no mencionó una sola palabra en cuanto a las razones por las cuales fueron perpetrados los ataques. Nunca estableció una relación entre estos hechos y la idea absurda y obsesiva que los motivó: el deseo de “proteger al pueblo alemán”.
¿Así que faltó todo lo que hubieran deseado los querellantes escuchar?
En las declaraciones no aparecen elementos sobre lo que realmente pasó, eso es cierto. Pero por otra parte, ella ventiló mucho más de lo que ventilaba su silencio. Ahora todos sabemos que ella tenía conocimiento de lo que pasaba. Sin embargo, todo continuó: se cometieron más asesinatos, mientras ella observaba cuán amorosos y cariñosos con los animales pueden ser los multihomocidas. Incluso cuando los dos Uwes ya estaban muertos, ella prosiguió su plan. Hizo explotar el apartamento común y envía los repugnantes videos. Hizo cumplir los deseos de los asesinos más allá de su muerte. Si esto no es una autoinculpación, ¿qué lo es?
Zschäpe dijo que pedía “sinceras disculpas” a los familiares de las víctimas por los crímenes cometidos por Uwe Böhnhardt y Uwe Mundlos, y que se sentía “moralmente culpable” ¿Qué le parece esto?
Son frases vacías. Es solo una fórmula: pido disculpas, me deshago de la culpa, y me tienen que creer. Pero toda la declaración carece de credibilidad, y no aporta nada a las víctimas y sus familiares. Solo demuestra que es una persona que en el fondo estuvo totalmente involucrada.
Barbara John es desde 2012 "defensora del pueblo" del Gobierno federal alemán para las víctimas del terrorismo de la célula neonazi NSU y sus familiares. Fue durante 22 años encargada de asuntos migratorios del Gobierno del estado de Berlín.